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sábado, 13 de octubre de 2012

Caperucita Roja


VERSIÓN GANADORA DEL CUENTO DE CAPERUCITA ROJA 
AUTORA: Sonia Prieto Paredes
ILUSTRACION: Verónica Orozco García 
GENERO: Cuento Infantil

Había una vez una preciosa niña conocida por todos los aldeanos como caperucita roja, siempre llevaba una caperuza roja a juego con sus lindos mofletes. Su nombre era Adelaida aunque nadie la llamaba así.

Una mañana su mamá le pidió que llevara unos pasteles con chocolate recién salidos del horno a su abuelita que vivía al otro lado del bosque.
 La madre de caperucita  advertía a su hija que no se entretuviera por el camino, conocedora de que la niña le gustaba oler flores y hablar con los animalitos del bosque

-Y sobro todo tesoro, no te pares cerca del lago que allí vive una manada de lobos.
- Esta bien mami, no lo haré.

La pequeña salio con su caperuza roja y la cestita con los pasteles de camino a casa de la abuela.
Bien es cierto que no se paro a oler flores pero vio un grupo de ardillas jugando cerca del lago y no pudo resistirse a parar y jugar con ellas.
Las risas de la niña despertaron a un lobezno que dormía plácidamente bajo un árbol, muy cerca de donde se encontraba la cesta con los pastelitos.

-Mmmm que buen olor, que hambre me esta entrando.-pensó el lobezno.

Oyó como la niña se despedía de las ardillitas porque llegaba tarde a casa de la abuelita.
El lobo conocía  muy bien esa casa, solía merodear cerca esperando que la anciana dejase algo de comida en el alfeizar de la ventana y se le ocurrió un plan perfecto para comerse esos pastelitos que tan bien olían.

Los lobos de la manada le habían explicado al lobito que se podía comer a los humanos, que su carne era tierna y sabrosa pero él nunca había tenido necesidad ya que la anciana dejaba muchas sobras de comida. 

Al llegar a la casa vio a la abuelita de caperucita sacando agua del pozo y sin pensarlo dos veces, empujo a la anciana que aunque agarrándose a la cuerda, cayo al fondo de este.
El lobezno se metió en la cama con las ropas de la abuelita poniendo así en marcha su plan.

-Toc toc. -golpeo caperucita a la puerta.
-Quien es, eres tú nietecita linda?.-Dijo el lobito con voz ronca.
-Abuelita, te traigo unos pastelitos con chocolate.
De pronto el lobito salto de la cama asustando a la niña y esta al ver al lobo se puso a llorar.
Era la primera vez que el lobito veía llorar a una niña y le dio tanto sentimiento que se le saltaron a él las lagrimas también.

-Pero... porque me has asustado, lobito?
-Bueno, me entro hambre y pensé en robar los pastelitos.
-Porque no me pediste uno?, tu hubiera dado.
-No lo se...me ha enseñado a actuar así.

La abuelita con la ayuda de unos cazadores que la oyeron pedir auxilio, salio del pozo y corrió a casa a salvar a su nieta.
Al abrir la puerta se quedo sorprendida de lo que estaba viendo, caperucita estaba merendando con el lobo los pastelitos que había traído para ella.


-Adelaida, apártate del monstruo.- El lobito asustado se escondió detrás de caperucita y esta protegió a su nuevo amigo.

-Abuelita, no te asustes ahora es mi amigo, no me va a hacer daño.

Caperucita explicó a todos como había sido la historia y así comprendieron que el lobito solo actuaba de esa manera por que nadie le había enseñado que no tenia que ser malo para conseguir las cosas.
Fin.


SONIA PRIETO PAREDES
Todos los derechos reservados por el autor.

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